He estado desaparecido del
blog... mi ego se encontraba perdido.
Recién recordé que
aquello que he aprendido no tiene ningún valor si no lo
comparto, así que aquí escribo una entrada sobre lo último que
aprendí, asertividad:
La
asertividad no se aprende cognitivamente, se vive.
Asertividad
es una palabra muy fuerte, con un significado muy personal.
Tiene
que ver con reaccionar ante una situación, entenderla y poder actuar de la
mejor manera.
Es
hacer lo justo en el momento justo, como por ejemplo responder certeramente a
una pregunta.
No
existe fórmula para ser asertivo, así como no existe fórmula para vivir. Lo
importante es permanecer activo, pensar no solo en el problema que tengo, sino
cual es el problema del otro. En este sentido es necesario poder entendernos
mutuamente y que exista una comunicación efectiva. Esto solo se logra con
respeto propio y respeto hacia el prójimo, a su historia de vida, a su forma de
pensar.
Seremos
asertivos a medida de que nos entendamos a nosotros mismos, pues solo alguien
que se conoce a si mismo tiene claro cuál es su objetivo y que hará para
alcanzarla con los recursos que dispone. Estos recursos no son solo materiales,
son el resultado de lo que hacemos día a día en nuestras relaciones personales;
sean de trabajo, familiares o amistades.
Aun
así no necesariamente es asertivo quien se fija una meta y la cumple, sea cual
sea el costo. La diferencia radica que al final del día quien fue asertivo no
necesariamente cumplió una meta, sino que duerme tranquilo sabiendo que hizo
todo lo que pudo y consideró correcto durante el día, o aquel que pudo
replantearse una situación y apuntar a una solución, considerando a cada
persona involucrada (incluso a aquellas que no parecen afectadas) para de este
modo resolver el conflicto sin faltar el respeto, sin haber ignorado el
problema ni al (los) afectado(s).
Quien
es asertivo se dará cuenta cual es el problema en el conflicto y la naturaleza
de este, determinando si se debe resolver este de acuerdo a la lógica, a la
justicia que requiera la situación o al plano emocional que aflige al afectado.
Además
la actitud correcta conlleva tener en cuenta que el entorno se encuentra en un
constante proceso de transformación, desarrollo y cambio, y por ende estar
atento a estos movimientos para ir reaccionando de manera oportuna y acorde a
las nuevas circunstancias.
Es
hacer lo correcto en el momento preciso, tener la palabra precisa, la actitud
correcta para el momento. Es darse cuenta de lo que está pasando al rededor y tomar
acción de manera prudente.
En
resumen: ¿Qué es asertividad?
La
asertividad es una actitud personal que se manifiesta en las situaciones
diarias, corresponde a un entendimiento lúcido de la realidad lo cual conlleva
a tener la actitud correcta para el momento preciso, de esta manera se reconoce
del valor de las demás personas, de sus necesidades y opiniones, permitiendo un
acercamiento humano entre ellas. Para que se genere esto es necesario el
respeto interno y externo de manera que exista comunicación efectiva de persona
a persona. A demás en este estado de conciencia se detectan los cambios que
constantemente ocurren en el entorno y este darse cuenta permite reaccionar de
manera oportuna y acorde a las nuevas circunstancias.
Por
último cabe decir que no existen recetas ni fórmulas para lograr la
asertividad, ya que es un proceso empírico de desarrollo personal, por lo cual
sólo se pueden propiciar instancias para su práctica de la misma manera en que
vamos aprendiendo de las experiencias de la vida para vivirla más plenamente.